Este
autor hace notar cómo, al instaurarse el multiculturalismo en el ámbito de
la pedagogía, situaciones que eran tradicionalmente consideradas como problemas
escolares derivados de la diversidad (migrantes, pueblos originarios…) y que
requerían atención especial, se reinterpretan como expresiones de diversidad
cultural o étnica, lo cual fue desdibujando el trasfondo político y de
desigualdad económica generada por la injusticia social.
Las
maneras de abordar en la práctica la educación intercultural bilingüe y de
revisar diferentes perspectivas de investigación, Dietz propone un modelo
etnográfico tridimensional que construyó junto con Laura Mateos, cuyas
dimensiones son:
a)
Semántica: centrada en el actor (perspectiva emic).
b)
Pragmática: centrada en los modos de interacción observados por el investigador
(perspectiva etic).
c) Sintáctica:
centrada en las instituciones donde se articulan discursos y prácticas de la
identidad (perspectivas emic y etic en contraste).
Una importante aportación que hace este libro es el cambio de foco de atención: en lugar de centrar la mirada en el problema, invita a centrarlo en el problematizador, lo cual significa que en lugar de concentrarse en el migrante o el indígena, se revise a la institución; en lugar de ver a los grupos minoritarios en tanto beneficiarios, mirar al Estado-nación como benefactor hegemónico.
De acuerdo
a la autora, esto es precisamente lo que se quiere abarcar con la propuesta,
cambiar el foco de atención, porque se está queriendo ver un problema donde no
los hay, más bien el foco debe estar centrada en las personas que ejercen la
violencia contra los no indígenas.
Para más información consultar el siguiente link:
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