Este articulo refleja claramente la desigualdad en como están siendo tratados los estudiantes indígenas, arrebatándoles la única oportunidad que tienen de prepararse profesionalmente.
David Navarrete (2009), a cargo del International Fellowships Program (IFP) de la Fundación Ford en México, el primer programa de becas de posgrado destinado a población indígena, menciona que aporta datos y hallazgos relevantes sobre el tema. Este programa se desarrolla en condiciones de promoción educativa en desventaja con respecto a la población nacional pues, como informa Navarrete, de los 12.7 millones de indígenas (11 por ciento de la población) y los 8.5 millones que hablan alguna de las 62 lenguas originarias de México, 15 por ciento es analfabeta contra 6 por ciento del resto de la población en el país. Además, de acuerdo a datos proporcionados por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), sólo 2 por ciento de la población indígena de 18 a 25 años ingresa al nivel superior, y de ese porcentaje apenas uno de cada cinco egresa y obtiene el título correspondiente. En contraste, entre los jóvenes no indígenas ingresa al nivel superior 22 por ciento de la población y se titula uno de cada dos.
David Navarrete (2009), a cargo del International Fellowships Program (IFP) de la Fundación Ford en México, el primer programa de becas de posgrado destinado a población indígena, menciona que aporta datos y hallazgos relevantes sobre el tema. Este programa se desarrolla en condiciones de promoción educativa en desventaja con respecto a la población nacional pues, como informa Navarrete, de los 12.7 millones de indígenas (11 por ciento de la población) y los 8.5 millones que hablan alguna de las 62 lenguas originarias de México, 15 por ciento es analfabeta contra 6 por ciento del resto de la población en el país. Además, de acuerdo a datos proporcionados por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), sólo 2 por ciento de la población indígena de 18 a 25 años ingresa al nivel superior, y de ese porcentaje apenas uno de cada cinco egresa y obtiene el título correspondiente. En contraste, entre los jóvenes no indígenas ingresa al nivel superior 22 por ciento de la población y se titula uno de cada dos.
En
materia de becas, Navarrete reporta que los candidatos indígenas también han
tenido que competir en condición de desventaja con los no indígenas porque
éstos presentan "perfiles académicos más sólidos, condición que deriva no
de una diferencia de capacidades para el estudio, sino de haber contado estos
últimos con mejores condiciones a lo largo de su trayectoria educativa".
Las
escuelas normales también se destinan a la formación de profesores indígenas
para el servicio en contextos interculturales. En estos espacios de formación,
a partir de una actitud revanchista o esencialismo al revés con respecto al
enfoque intercultural, algunas escuelas normales reproducen la situación de
exclusión y segregación de los estudiantes indígenas al dejar fuera a la
población no indígena, aunque las paradojas y tensiones que se desprenden de
este proceso reportan también algunos logros: fortalecimiento del sentido de
pertenencia, investigación de las manifestaciones culturales propias así como
la activa participación de los actores escolares en la definición de lo que, a
final de cuentas, significa ofrecer una licenciatura con enfoque en la docencia
intercultural.
De
cara a la necesaria transformación de los currículos de las IES y los
conocimientos globales dominantes que privan en las universidades públicas, la
articulación entre los conocimientos indígenas, escolares y universales queda
aún pendiente. Esto, cuando interculturalizar el currículo escolar implica no
sólo atender las actitudes y valores que intervienen en el ejercicio de la
dominación subjetiva o estrechar el vínculo entre la escuela y la comunidad.
Los
impactos negativos del racismo al revés. Se refiere a la segregación y
exclusión social que provocan programas y opciones de ESI que, a partir de una
errónea interpretación de los fines políticos y reivindicatorios, se destinan
de manera exclusiva a profesores y alumnos indígenas.
La
enseñanza de las lenguas indígenas y del español como primera y segunda lengua.
Este reto parece aún pendiente no sólo en la ESI sino en todo el sistema
educativo mexicano, con excepción de algunos proyectos para la formación de
docentes indígenas cuyos resultados no han sido considerados en el diseño de
opciones convencionales.7 Las academias de lenguas indígenas cumplen, en este
sentido, un papel importante.
Para
mayor información consultar el siguiente link:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-26982011000500007&script=sci_arttext
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